Rosa López Monís

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4 Semillas con magníficas propiedades nutricionales

La semilla es una planta embrionaria, el origen de la vida de una planta y el origen de la nutrición. La planta utiliza gran energía para producir sus semillas y llenarlas con altas concentraciones de vitaminas, minerales, proteínas, aceites esenciales y enzimas.

 Es un alimento vivo, al igual que el germinado, aunque en estado latente. 

Las semillas son los alimentos de los que extraemos los aceites de cocina, bebidas vegetales como las leches, muchas especias y algunos aditivos alimentarios, como el comino. En diferentes semillas, el embrión de la semilla o el endospermo domina y proporciona la mayor parte de los nutrientes. 

Cuando calentamos una semilla, producen sustancias tóxicas y las vitamina, minerales, enzimas y perfiles de aceites esenciales se desnaturalizan. 

Al asar una semilla, su clasificación se mueve de un alimento vivo a un alimento muerto, por ello les recomiendo que las consuman en su estado natural, es decir crudas o activadas o molidas.

La forma en la que la semilla nos aporta más nutrientes interesantes es activándola. 

Activar las semillas o frutos secos se refiere a un proceso muy simple: dejarlas remojando en agua por algunas horas y luego secarlas.

Se le llama activación, ya que se desactivan ciertos inhibidores enzimáticos presentes en las semillas o frutos secos,  que sabiamente han sido creados por la naturaleza para que estos sólo germinen en las condiciones adecuadas de agua y luz. 

Cuando se presentan todas las condiciones, se activan los nutrientes que van a permitir que de las semillas y frutos secos crezcan nuevas plantas o árboles. 

Al remojar las semillas o frutos secos en agua se vuelven mucho más fáciles de digerir y las vitaminas y minerales presentes en ellos se absorben con mayor facilidad.

Es importante remarcar que este proceso sólo va a funcionar si se realiza con semillas o frutos secos que no están tostados, es decir, deben estar crudos. Elija semillas crudas y sin sal y evite semillas recubiertas o tostadas y las  recubiertas de azúcar. 

El proceso de activación se realiza, dejando en remojo  la cantidad deseada de frutos secos o semillas en agua de manantial o filtrada, durante 8-12 horas.  

Al día siguiente se elimina el agua y se enjuagan las semillas. Si hace buen tiempo, puedes dejar secando al sol las semillas o frutos secos hasta eliminar la humedad y si es invierno las puedes poner a secar en un horno deshidratador o en un horno eléctrico a la temperatura mínima, sin sobrepasar los 35 º, ya que se desnaturalizarían las enzimas a más temperatura. 

Si no quieres o  no tienes tiempo de secarlas, es recomendable dejarlas en el refrigerador,  donde se van a mantener por unos 3 días. Si este es tu caso, lo mejor es no remojar grandes cantidades porque o si no se echarán a perder.

Si las semillas o frutos secos se encuentran bien secos, los podrás guardar por meses, pero deben estar completamente secos,  si no verás cómo en poco tiempo aparecerán hongos.

A continuación menciono 5 semillas que me gustan por sus propiedades y aportes nutricionales.

Almendras

El consumo regular de almendra  cruda ayuda regular la buena salud cardiovascular, previniendo la osteoporosis gracias entre otras cosas a su buen contenido en calcio , mejora la diabetes ya que regula el nivel de azúcar en la sangre, al mismo tiempo que regula los niveles de colesterol.

 Son una gran fuente de energía y sus componentes están muy concentrados albergando un gran valor nutricional.

El consumo de almendras y otros frutos secos ha mostrado un efecto anticancerígeno en cáncer de pecho, según un estudio realizado por la Universidad de Colima, México.

Semillas de lino

De estas semillas podría escribir un libro entero. Las semillas de lino o linaza son una excelente fuente de ácidos grasos poliinsaturados esenciales Omega 3 .

Hasta un 75% de la composición de la semilla contiene omega 3, destacando el alfa-linolénico,  pero además tiene vitamina E, fibra e incluso enzimas digestivas. Las semillas de lino contienen muchos aminoácidos esenciales y por lo tanto tienen un alto contenido en proteína de calidad.

Las semillas de lino son ricas en compuestos fenólicos como los ácidos fenólicos, flavonoides y lignanos. Estas sustancias actúan como poderosos anticancerígenos y antioxidantres. Los lignanos tienen, además, actividad estrogénica recomendados para regular la actividad hormonal en mujeres.  

Es un estudio realizado en USA, se observó como las semillas de lino reducían el ambiente procancerígeno en ovarios, mediante la alteración de las vías de síntesis de prostaglandinas y estrógenos.

Otro estudio francés mostró la eficacia del aceite de lino, para tratar diabetes gestacional, mostrando también beneficios para el recién nacido. La Dra. almena Johanna Budwig, nominada al novel por sus investigaciones en ácidos grasos esenciales, trabajó con una mezcla de lino y requesón, para tratar diversos tipos de cáncer, con un elevado porcentaje de éxito.

Para terminar con las semillas de lino, sus detractores afirman que es rica en cianuro y que por ello puede resultar  venenosa. Lo que único cierto de esta afirmación es que la semilla de lino contiene vitamina B-17 , que consta de dos unidades de glucosa, concretamente Benzaldehido y Zyanid (o cianuro), las cuales están unidas mediante una combinación estable.

Es conocido que el Zyanid o cianuro aislado es altamente tóxico, pero como se presenta en la naturaleza o sea combinado es completamente inócuo.

Otras semillas como las semillas de manzana o albaricoque también contienen cianuro, pero hay que ver qué tipo de cianuro, porque hay cianuros de potasio (muy venenosos)... el cianuro en sí es un átomo de carbón con triple valencia a uno de nitrógeno, y hay desde el cianuro de hidrógeno, un gas con olor a almendras, al Azul de Prusia ( Fe7CN18) que es no tóxico y de hecho se utiliza como antídoto contra el envenenamiento de Talio, hasta los más venenosos son el Cianuro de Hidrógeno, el Cianuro de Potasio y el Cianuro de Sodio-

La vitamina B-17 fue descubierta en el año 1824 por Justus von Liebig (Alemania) que la utilizó en los tratamientos para el cáncer, extraýéndola de las almendras amargas. Años después, en USA, el Dr. Thomas Krebs, en 1950, volvió a investigar sobre esta vitamina, aislándola de la semilla de los albaricoques silvestres, desde entonces se vuelve a aplicar en la terapia del cáncer la vitamina B-17 (Laetril, Amygdalin).  

Así que en lugar de ser venenosa, como algunos piensan, tiene otro punto más a su favor, para protegernos del cáncer. 

Semillas de chía

Es una fuente equilibrada de ácidos grasos: Omega-3, Omega-6 y Omega 9, contienen proteínas, fibra dietética, antioxidantes, y son buenas fuentes de hierro, calcio y potasio; así como de magnesio, fósforo, manganeso y zinc.

Las semillas contienen una alta cantidad de fibra, aproximadamente unos 3 gramos por cada cucharada sopera de semillas; contienen todos los aminoácidos esenciales, a excepción de taurina, y tienen el doble de proteínas que el resto de semillas.

La semillas de chía tienen la excelente facultad de acelerar el metabolismo, y con ello, quemar las grasas situadas en la cintura y el abdomen.

Además hemos de sumarle su gran aporte en calcio, el cual nos ayuda a digerir las grasas que hayamos consumido en el día.

Gracias a su contenido en omega 3, la chía es una gran aliada para combatir la celulitis y prevenir el envejecimiento prematuro y es además anti-inflamatoria.L

a Chía es también un excelente regulador del intestino, por su riqueza en mucílagos. Dispone de un alto contenido en fibra regulando el intestino perezoso. Pero eso sí, es indispensable que bebemos 2 litros de agua al día. Según un estudio de la Universidad de Ohio en los Estados Unidos, las semillas de chía nos ayudan a combatir la ansiedad, es un relajante muy efectivo y recomendado por los nutricionistas para el estrés y la ansiedad.
Para comerlas se pueden tomar enteras añadiendo a cualquier receta dulce o salada, ensaladas, panes, cremas de verduras, salsas, batidos. La forma más recomendada es comerlas molidas, en el mismo momento en el que vayan a ser consumidas para que no se enrancien sus grasas, en un molinillo de semillas de cerámica.

Semillas de sésamo

También conocidas como ajonjolí son ricas en ácidos grasos esenciales, sobre todo en omega 6 y en proteína vegetal, destacando su aporte en metionina, un amicoácido esencial muy escaso en las legumbres.

Pero sin duda, si por algo son conocidas las semillas de sésamo en por su aporte en Calcio, 100 gramos de estas semillas nos aportan unos 975 mg de Calcio, frente a los 120 mg que nos aporta la leche animal.

También son ricas en boro y fitosteroles, por lo que están muy indicadas para osteoporosis. En un estudio llevado a cabo en Tokyo se encontró que el sesamol, una sustancia presente en la semilla de sésamo, inhibe el  exceso de producción de prostaglandinas por la ciclooxigenasa-2 en células epiteliales del estroma, lo que  es un factor causante de la carcinogénesis colorrectal.

Por lo tanto,  el sesamol podría ser candidato como agentes anti-cancerígeno. Podéis verlo aquí.