Rosa López Monís

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Antocianinas, pigmentos súper antioxidantes

Las antocianinas son responsables de los colores rojo, anaranjado, azul y púrpura de las uvas, fresas, manzanas, rosas y otros vegetales, fundamentalmente frutas y flores.

Normalmente se localizan en la piel, como en el caso de las manzanas y las peras, pero en algunas ocasiones se pueden localizar en la parte carnosa, como en las ciruelas y las fresas.

El núcleo central flavilo constituye la antocianidina, y cuando este núcleo se une a la fracción de azúcar forma las antocianinas. Una misma antocianidina puede unirse a diferentes carbohidratos, formando diferentes antocianinas.

Las antocianinas abundan en la naturaleza, pero no se suelen usar como colorantes porque son poco estables y difíciles de aislar.

Son potentes antioxidantes, y en consecuencia tiene propiedades antienvejecimiento y protectoras frente al estrés oxidativo celular, como con la mayoría de los flavonoides se ha podido establecer una relación entre el consumo habitual de alimentos ricos en esta sustancia y una menor incidencia de una gran variedad de tumores malignos.

Son grandes aliados para mejorar la visión y en especial la degeneración macular asociada a la edad.  Ejercen una acción protectora sobre los microcapilares, mejorando el riego cerebral e incluso, combinado con otras plantas medicinales, se emplean en el tratamiento natural de vértigos.

Presentan una suave acción antiinflamatoria por lo que pueden ayudar en enfermedades articulares. Se está investigando su acción en enfermedades neurológicas.

Sobre la dosis diaria recomendada aún se están realizando estudios.

Los alimentos más ricos son ciruelas, fresas, arándanos, manzana, pera, berenjenas, uvas, granada, col roja, vino tinto, melocotones rojos, cerezas...