Rosa López Monís

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Migrañas, consejos y nutrientes para ayudar a mejorarla.

(Parte 2)

  • Niveles anormales de la homocisteína y óxido nítrico (NO). De la homocisteína ya hemos hablado anteriormente. Sobre el óxido nítrico, Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego  (EEUU) han descubierto que las bocas de los pacientes con migrañas albergan significativamente más microbios con la capacidad de modificar nitratos que las personas que no padecen migrañas. Los alimentos que afectan a las personas con migrañas, favoreciendo que estas aparezcan, son aquellos que contienen unas sales del ácido nítrico conocidas como nitratos. Además de en los alimentos ya mencionados, los nitratos se encuentran también en carnes procesadas, verduras de hoja verde y en ciertos medicamentos. Pues bien, estos nitratos pueden ser reducidos a nitritos por bacterias que se encuentran en la boca. Luego, cuando esos nitritos pasan a la sangre y circulan por ella, se pueden convertir en óxido nítrico bajo ciertas condiciones. En general, el óxido nítrico puede ayudar a la salud cardiovascular mejorando el flujo sanguíneo y la reducción de la presión arterial. Sin embargo, aproximadamente cuatro de cada cinco pacientes cardiacos que toman medicamentos que contienen nitratos para el dolor de pecho o la insuficiencia cardíaca congestiva informan de fuertes dolores de cabeza como efecto secundario. En las muestras de heces, se halló un aumento leve pero estadísticamente significativo en pacientes con migraña de la abundancia de genes que codifican el nitrato, los nitritos y las enzimas relacionadas con el óxido nítrico. En las muestras orales, estos genes fueron significativamente más abundantes en las personas con migrañas. Según los investigadores, estos hallazgos indican que existe una conexión potencial entre las bacterias reductoras de nitrato de la cavidad oral y las migrañas, aunque queda por ver si estas bacterias son la causa o la consecuencia de este trastorno o están indirectamente relacionadas con él de alguna otra manera. Hacen falta más investigaciones, pero de nuevo el origen puede estar ligado a la salud digestiva (8). 

  • Disfunción mitocondrial. Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España, ha identificado una mutación genética asociada a la migraña. Esta alteración afecta al gen nuclear ACSL5, implicado en la activación de los ácidos grasos en la mitocondria para después utilizarlos en la obtención de combustible molecular y de otros elementos que regulan aspectos esenciales de la célula, como su crecimiento, diferenciación y muerte. Los resultados, publicados en la revista European Journal of Human Genetics, podrían explicar la implicación de la mitocondria y la deficiencia energética presente en, al menos, ciertos tipos de migraña y de otras enfermedades, especialmente neurológicas (9). Por ello la utilización de Coenzima Q10 en muchos casos ayuda a reducir la migraña. La CoQ10 tiene muchos roles en el cuerpo que incluye la transferencia de electrones a través de la membrana mitocondrial y actuar como un antioxidante neutralizando el H2O2 y reduciendo la expresión de citoquinas y metaloproteinasas. La CoQ10 también mejora la tolerancia al ejercicio, la debilidad muscular, reduce los niveles séricos de piruvato y lactato, y acelera la recuperación de fosfocreatina después del ejercicio en pacientes con miopatías mitocondriales. Varios estudios han demostrado que el nivel sérico del lactato y del piruvato es más alto en pacientes con migraña que en sujetos sanos. Por otra parte, la administración de suplementos de CoQ10 mejora el metabolismo energético muscular y cerebral en pacientes con citopatías mitocondriales. Se considera que la CoQ10 es útil en la prevención de la migraña, y las directrices de la Canadian Headache Society recomiendan la CoQ10 como agente preventivo de la migraña. Aunque la dosis efectiva de CoQ10 no está clara, se recomiendan 1-3 mg/kg por día.

    Otro suplemento interesante es la L-carnitina que como cofactor, tiene un papel importante en el transporte de ácidos grasos libres desde el citosol hasta la mitocondria, es un trasnportador de ácidos grasos hacia la mitocondria. Los ácidos grasos libres se degradan a Acil-CoA por la beta-oxidación y entran en el ciclo del ácido tricarboxílico. En esta reacción se consume una gran cantidad de oxígeno y se sintetiza el ATP mediante la fosforilación oxidativa. El oxígeno se reduce a H2O al final del ciclo y disminuye la concentración de oxígeno libre que conduciría a la formación de radicales. Con lo que la suplementación de carnitina ayuda a reducir el nivel de radicales libres. 

    También el ácido alfa lipoico mejora el metabolismo del oxígeno mitocondrial y la producción de ATP. En un pequeño estudio doble ciego, la suplementación con 600 mg de ALA una vez al día durante tres meses redujo significativamente la frecuencia de los ataques de migraña.

  • Disminución del nivel de enzimas metabólicas. Por ejemplo en este apartado podemos nombrar el déficit de la DAO, una enzima metabólica, relacionada también con histaminanosis. Os dejamos este vídeo para más información. 

Otros suplementos que han mostrado beneficios en la migraña son (10):

  • Riboflavina- Vitamina B2

La vitamina B2 en dosis altas podría ser efectiva en la profilaxis de la migraña. La American Academy of Neurology  como la Canadian Headache Society recomiendan su consumo en adultos con migraña, porque es bien tolerado y los efectos secundarios son limitados y leves. La dosis recomendada de riboflavina para adultos es de aproximadamente 400 mg por día.

  • Niacina- Vitamina B3

La niacina es una vitamina con un rol importante en la dilatación de los vasos sanguíneos. Debido a que las migrañas están relacionadas con la contracción de los vasos sanguíneos en el cerebro, la niacina generalmente no se considera eficaz para la prevención de la migraña. Sin embargo, el bajo nivel plasmático de serotonina está involucrado en la patogénesis de la migraña. La niacina puede actuar como un regulador de retroalimentación negativa en la vía de la quinurenina para desviar el triptófano hacia la vía de la serotonina, que finalmente conduce a un nivel de serotonina en plasma más alto. La niacina se ha estudiado como un tratamiento potencial para la migraña. Varios estudios han informado efectos beneficiosos profilácticos cuando se administran por vía oral. 

  • Cianocobalamina- Vitamina B12 y B9.

Varios estudios han reportado una asociación entre la disfunción de la ruta de absorción de la vitamina B12 y la patogénesis del dolor de cabeza. Los bajos niveles séricos de vitamina B12, folato y B6 se correlacionan con altos niveles de homocisteina La vitamina B12 y el folato están involucrados en la remetilación y la síntesis de S-adenosilmetionina (SAM). La reducción del nivel sérico de vitamina B12 y B9 se observa en la mayoría de los pacientes que padecen migraña. Hasta ahora, la posible correlación entre la gravedad de la migraña y el nivel de homocisteína en sangre y el posible papel de la hiperhomocisteinemia como un factor causal en la predisposición de la migraña, no se ha investigado a fondo. Cabe recordar que la homocisteína actúa como un antagonista del receptor del GABA, mientras que pocos fármacos preventivos contra la migraña como la amitriptilina son fuertes agonistas GABAérgicos, por lo que la homocisteína puede modular negativamente el umbral del dolor en pacientes con migraña. La conexión potencial final entre la homocisteína y la migraña es el estrés oxidativo. La homocisteína podría aumentar el estrés oxidativo al inhibir la función de las enzimas antioxidantes clave, como el superóxido dismutasa, que a su vez está asociada con la migraña.

Otros factores que pueden desencadenarla son:

  • Abstinencia de cafeína, si estás acostumbrado a tomarla.

  • Alcohol.

  • Cambios en los niveles hormonales durante el ciclo menstrual de las mujeres o con el uso de píldoras anticonceptivas.

  • Ciertos productos químicos como olores y perfumes

  • Cambios en los patrones del sueño, como no dormir lo suficiente.

  • Ejercicio u otro estrés físico

  • Estrés y ansiedad

  • Fumar o exposición al humo

  • Ruidos fuertes o luces brillantes

  • Saltarse comidas