Rosa López Monís

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Acelgas, fuente de clorofila y nutrientes 🥬

La acelga es una de las verduras más abundantes en folatos (vitamina que debe su nombre del latín folium, hoja) con cantidades sobresalientes de beta-caroteno (provitamina A) y discretas de vitamina C.

Sus hojas verdes más externas son las más vitaminadas. El ácido fólico trabaja con la vitamina B12 y la vitamina C para ayudar al cuerpo a descomponer, usar y crear nuevas proteínas. La vitamina ayuda a formar glóbulos rojos. También ayuda a producir el ADN, el pilar fundamental del cuerpo humano, que porta la información genética.

El ácido fólico es un tipo de vitamina B hidrosoluble, lo cual significa que no se almacena en los tejidos grasos del cuerpo. Las cantidades sobrantes de vitamina salen del cuerpo a través de la orina.

Debido a que el folato no se almacena en el cuerpo en grandes cantidades, los niveles sanguíneos que usted posee disminuirán después de sólo unas semanas de ingerir una dieta baja en folato. El folato se encuentra en los vegetales de hoja verde y el hígado. Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. Son además muy importantes en embarzadas para ayudar al feto a crear la espina bífida. Su deficiencia puede causarnos fatiga, canas, llagas, crecimiento insuficiente, hinchazón de la lengua

El beta-caroteno es un pigmento natural que confiere el color amarillo-anaranjado-rojizo a los vegetales. El organismo, a medida que lo necesita, lo transforma en vitamina A. En el caso de la acelga, el beta-caroteno está enmascarado por la clorofila, pigmento más abundante. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Además, cuenta con propiedades antioxidantes. También participa en la elaboración de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales.

En la acelga, el mineral más abundante con diferencia es el potasio. Sin embargo, esta verdura destaca respecto al resto por su mayor contenido en magnesio, sodioyodo, hierro y calcio.

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Interviene también en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

El yodo es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que produce las hormonas tiroideas. Éstas intervienen en numerosas funciones metabólicas, como el mantenimiento de la temperatura y del metabolismo corporal. Asimismo, el yodo es esencial en el crecimiento del feto y en el desarrollo de su cerebro.

La acelga goza de numerosas aplicaciones medicinales, por ser emoliente, refrescante, digestiva, diurética, diaforética y nutritiva. Se emplea con éxito la decocción de las hojas en las inflamaciones de la vejiga y contra el estreñimiento. Igualmente presta valiosos servicios en las hemorroides y en las enfermedades de la piel.

La acelga en ensalada con zumo de limón, sirve para fortalecer el estómago y vigoriza el cerebro, así como para desinflamar los nervios. Contra los cálculos biliares se tomará en ayunas un vaso de zumo de acelga con zumo de berro en partes iguales. Como laxante en casos de estreñimiento pertinaz, se tomará el zumo de acelga, la cantidad de medio vaso, más una cucharada de aceite de oliva.

Además la acelga es benéfica en las siguientes enfermedades: inflamaciones de los riñones, uretra y pelvis renal, trastornos del hígado e inflamaciones de la vesícula biliar, cólicos hepáticos y nefríticos, gota, reumatismo, diabetes, enfermedades de piel como eczemas, úlceras, llagas, etc., hemorragias de los intestinos, inflamaciones del duodeno, enterocolitis, asma, supresión de la orina, emisión difícil o dolorosa de la orina, vómitos de sangre, etc. Para todos estos casos, se usará la acelga en forma de ensalada o cocida a vapor, o mejor aún, se tomará el zumo crudo.

El cocimiento de las raíces es magnifico para las enfermedades del hígado, para esto se tomará por tacitas. Los frutos tostados a manera de café y reducidos a polvo, se tomará la cantidad de una cucharada en una taza de infusión de llantén o en una copa de vino áspero, contra la disentería, hemorragias uterinas y emisiones abundantes de orina.

La acelga se emplea en las escoriaciones y en general en las inflamaciones de la piel. En cataplasma se utiliza la acelga contra el zaratá (endurecimiento o cáncer del pecho), hemorroides, úlceras, heridas, llagas. Contra el reumatismo se usará cataplasma de las hojas frescas de acelga y apio, aplicadas varias veces al día. En enemas se utiliza la acelga en cocimiento, especialmente las hojas para combatir los catarros del colon y aliviar los pujos en las diarreas anguinolientas. Asimismo es magnifico este enema en los estados febriles, particularmente en la tifoidea, pero si se desea obtener una acción más enérgica se hará hervir la raíz bien triturada con un poco de manzanilla y corteza de malva.

Es cierto que las acelgas al igual que las espinacas, los puerros, el perejil producen mucho oxalato sódico vegetal, por lo que muchos especialistas no recomiendan abusar de ellas, recomendando un cuarto de taza al día como máxima para no superar los 50 mg diarios de oxalato. El oxalato puede provocar cálculos renales en combinación con el calcio y puede depositarse en las articulaciones dañándolas. En  mi opinión se puede consumir bastante más cantidad, ya que considero que el oxalato presente en estas verduras es un factor de riesgo más a otros muchos como la ingesta excesiva de calcio de procedencia láctea, el exceso de proteína o la falta de agua, son factores mucho más determinante en la aparición de estos cálculos.

Puedo asegurar que llevo más de tres años consumiendo altas cantidades de acelgas y espinacas en  mis zumos verdes diarios y jamás he tenido ningún síntoma ni ningún valor renal alterado. Entonces si tu dieta es verde, vegetal al 80%, rica en agua, baja en animales, lácteos, azúcares, haces algo de ejercicio y cuidas tu mente… no te preocupes tanto por el oxalato, tu cuerpo lo podrá eliminar y aprovechará los grandes beneficios de estas nutritivas hojas verdes.