Microscopía celular

A través del estudio de muestras biológicas, conseguimos aportar más información al estado de salud de la persona.

 

Veamos algunos ejemplos:

  • El tamaño aumentado de nuestros hematíes en más de 11 micrómetros (megalocitos) puede mostrarnos un déficit de vitamina B12 o folato, que en muchas ocasiones no se ve en la bioquímica de laboratorio, donde se estudian estos valores solo en el plasma sanguíneo. En el déficit de vitamina B12 también es frecuente encontrar una anisocitosis (desigualdad en el tamaño de los hematíes), un conteo disminuido de reticulocitos o neutrófilos hipersegmentados. Todo esto puede estar indicarnos que estamos antes una anemia megaloblástica, con lo que la suplementación de hierro no sería la solución, en este caso estaría indicada la suplementación con vitamina B12, o incluso folato. Cuando el tamaño es solo un poco superior más de 8 micrómetros, podemos sospechar de una hepatopatía o un problema de alcoholismo.

  • Por el contrario en la anemia ferropénica, el tamaño de los hematíes será inferior a 7 micrómetros. Todo esto solo con el tamaño de un glóbulo rojo.

  • Una persona que presenta una esplenomegalia, aumento del bazo, siempre presenta una forma de lágrima en muchos hematíes, llamada dacriocito. Una persona bien entrenada, sabe que la esplenomegalia puede presentarse subyacente a una enfermedad hepática crónica, linfomas, leucemias y neoplasias. Por supuesto luego hay que derivar a otros profesionales, como puede ser el oncólogo, pero lo interesante es que antes de enfermar el órgano o de darnos síntomas, las células nos lo pueden contar. A veces se asocia también con enfermedad renal.

  • Podemos sospechar de enfermedades autoinmunes como el lupus, en el que es frecuente encontrar células LE,  macrófagos que fagocitan otras células como un linfocito. O una anemia hemolítica autoinmune en el que se observa una hemolisis de células en directo.

  • Incluso una persona que presenta un estrés de las glándulas suprarrenales, por exceso de cortisol muestra un conteo de leucocitos alterado, mostrando un bajo conteo de eosinófilos.

  • Podemos detectar infecciones como espiroquetas, entre las que podemos destacar Borrelia, agente causal de la enfermedad de Lyme y otras infecciones de sangre, incluso parásitos como Plasmodium o Babesias, pero también algunos helmintos, que muchas veces aparecen rodeados de eosinófilos, y tan complicados de detectar en heces, al menos con microscopía. La efectividad de las pruebas diagnósticas para helmintos sólo es de un 30-75% y, además, existe una gran variabilidad inter e intraindividual para encontrar huevos de parásito en las heces según la consistencia de éstas. Además muchos nos producen una eosinofilia, por lo que muchas veces hay que hacer técnicas moleculares para detectarlos o trabajar por síntomas, si un parásito está por ejemplo en sistema respiratorio no lo vamos a detectar en heces pero eso no nos descarta que no haya parásitos, los áscaris por ejemplo migran mucho al sistema respiratorio.

  • Podemos detectar infecciones como espiroquetas, entre las que podemos destacar Borrelia, agente causal de la enfermedad de Lyme y otras infecciones de sangre, incluso parásitos como Plasmodium o Babesias, pero también algunos helmintos, que muchas veces aparecen rodeados de eosinófilos, y tan complicados de detectar en heces, al menos con microscopía. La efectividad de las pruebas diagnósticas para helmintos sólo es de un 30-75% y, además, existe una gran variabilidad inter e intraindividual para encontrar huevos de parásito en las heces según la consistencia de éstas. Además muchos nos producen una eosinofilia, por lo que muchas veces hay que hacer técnicas moleculares para detectarlos o trabajar por síntomas, si un parásito está por ejemplo en sistema respiratorio no lo vamos a detectar en heces pero eso no nos descarta que no haya parásitos, los áscaris por ejemplo migran mucho al sistema respiratorio.

  • Podemos sospechar de infecciones virales, que suelen cursar con una aumento de linfocitos o de algún proceso infeccioso, en el que se suele observar un aumento de las plaquetas, o incluso prevenir un problema vascular, si observamos microtrombos, agregaciones plaquetarias.


La microscopía celular no es un método de diagnóstico, sin embargo nos ayudará a identificar posibles desequilibrios celulares, permitiéndonos optimizar la personalización de la recomendación nutricional.


Cualquier muestra biológica; desde la saliva, hasta orina, heces, sangre, exudado, puede darnos información valiosa.