¿Te cuesta mucho perder peso ahora que eres más mayor?
¿Te pasa que cuando eras joven te ponías unos días a dieta y rápidamente recuperabas el peso en el que te sentías cómoda y ahora cualquier cosa que te hace saltarte la dieta te hace recuperar todo? ¿Ahora que has entrado en los 40, o tú que acabas de perder tu menstruación, o tú que acabas de ser mamá o papá y no tienes tiempo para ir al gimnasio, te resulta muy difícil perder esos kilos de más?
Vamos a explorar en este artículo porque a medida que envejecemos, nos cuesta más y puede ser más difícil perder peso.
Son varias las razones que pueden estar influyendo:
Cambios en el metabolismo: A medida que envejecemos, nuestro metabolismo tiende a disminuir. Esto significa que quemamos menos calorías en reposo que cuando éramos más jóvenes. Un metabolismo más lento hace que sea más difícil perder peso y mantenerlo. La disminución del metabolismo basal a medida que envejecemos es un fenómeno gradual y puede variar de una persona a otra. La reducción del metabolismo basal, que es la cantidad de calorías que quema el cuerpo en reposo para mantener funciones vitales como la respiración y la función cardíaca, se debe en parte a la pérdida de masa muscular y a los cambios hormonales que ocurren con la edad. En promedio, se estima que el metabolismo basal disminuye en aproximadamente un 1-2% por década después de los 20 o 30 años. Sin embargo, es importante destacar que esta disminución no es constante y puede variar según factores individuales, como la genética, el nivel de actividad física y la salud en general.
Pérdida de masa muscular: Con la edad, es común experimentar una pérdida gradual de masa muscular, conocida como sarcopenia. El músculo quema más calorías que la grasa, por lo que la pérdida de masa muscular puede contribuir a un metabolismo más lento y al aumento de peso.
Cambios hormonales: Las hormonas desempeñan un papel importante en la regulación del peso corporal. Con el envejecimiento, hay cambios en las hormonas, como la disminución de la producción de hormonas tiroideas y la disminución de los niveles de hormonas sexuales. Estos cambios hormonales pueden afectar la forma en que nuestro cuerpo almacena y quema grasa.
Menos actividad física: A medida que las personas envejecen, a menudo pueden volverse menos activas físicamente debido a una variedad de razones, como problemas de salud, dolor crónico, responsabilidades familiares o laborales, etc. La falta de actividad física puede dificultar la pérdida de peso.
Cambios en los hábitos alimenticios: Con el tiempo, las personas pueden desarrollar hábitos alimenticios que no son tan saludables, como comer en exceso o consumir alimentos altos en calorías y bajos en nutrientes. Estos patrones dietéticos pueden dificultar la pérdida de peso.
Factores psicológicos: El estrés, la depresión y otros factores psicológicos pueden contribuir al aumento de peso o hacer que sea más difícil perderlo.
Medicamentos y condiciones médicas: Algunos medicamentos y condiciones médicas asociadas con el envejecimiento pueden contribuir al aumento de peso o dificultar la pérdida de peso.
A pesar de estos desafíos, es importante destacar que es posible perder peso y mantener un peso saludable a medida que se envejece. Adoptar un enfoque equilibrado que incluya una dieta saludable y actividad física regular es fundamental. Además, es importante consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de pérdida de peso, para asegurarse de que sea seguro y apropiado para sus necesidades individuales.