Tipos de SIBO

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Como sabéis tenemos muchas bacterias por muchas partes del cuerpo, piel, nariz, mucosas… pero sin duda donde más tenemos es en nuestro aparato digestivo, especialmente en el canal de entrada, la boca y en el de salida el intestino grueso.

A veces sufrimos desequilibrios, como la toma de antibióticos, corticoides, una infección, un parásito, una permeabilidad aumentada… que hace que bacterias del colon colonicen otros órganos como el intestino delgado. Esto es precisamente lo que se conoce como SIBO.

La baja acidez en el estómago o una baja movilidad intestinal que impide limpiar nuestro intestino de restos alimentarios y bacterias para que salgan por las heces, o la pérdida de integridad de la válvula ileocecal que separa el intestino grueso del delgado, pueden ser también las causas de que comience a producirse un SIBO. Las fermentaciones bacterianas deben ocurrir en el colon, no en el delgado, es por esto que cuando estas bacterias están en otros sitio, como el delgado, van a producir hinchazón, gases que son molestos, que duelen, problemas de tránsito y un sinfín de síntomas, como puede ser un problema tiroideo, o unas migrañas. Sí, unas migrañas, o una dermatitis pueden comenzar en el intestino, hasta una enfermedad de Parkinson. Si te han catalogado de intestino irritable, es muy posible que lo que tengas sea un SIBO. Se estima que hasta un 80% de los casos de intestino irritable tienen SIBO. 

Si quieres saber si tienes SIBO, es una prueba bien sencilla, se trata de hacer un test del aliento, en el que se administa al paciente una solución de lactulosa o lactitol y se va a ir tomando distintas muestras del aliento, cada 15, 20 minutos. Estas muestras se analizan para ver qué tipo de gas está presente y cuál es predominante. 

Si se producen más de una cantidad determinada de gas demasiado rápido, significará esta ocurriendo una fermentación antes de llegar al colon, por lo tanto hay bacterias en el intestino delgado y  se considerará que la prueba es positiva. Los gases que podemos medir, son Hidrógeno y Metano. Para el Sulfuro de Hidrógeno todavía no hay una prueba que lo diagnostique, aunque se puede predecir. 

Por tanto podemos dividir el SIBO en tres tipos

  1. SIBO metano: suelen tener estreñimiento.

  2. SIBO hidrógeno: Al contrario que en el metano, suele ser más frecuente la diarrea, aunque también se puede ver estreñimiento, alternancia entre estreñimiento o diarrea o ninguno de los dos.

  3. SIBO Sulfuro de hidrógeno. Los efectos del Sulfuro de Hidrógeno son menos conocidos, pero sabemos que es un gas muy tóxico para el intestino y , aún no se puede diagnosticar con seguridad. Estos pacientes suelen tener más tendencia al estreñimiento, aunque es variable. Algunos refieren un mal olor exagerado de los gases o deposiciones, por el azufre. No suelen responder tan bien a la dieta baja en FODMAPs y tienen que seguir una dieta un poco diferente, baja en azufre. Las bacterias reductoras de sulfato, pueden competir con las arqueas por el sulfuro de hidrógeno.

En pacientes positivos al hidrógeno, el antibiótico de elección es la Rifamicina, auque yo suelo recurrir a plantas, como el Fc-cidal  que es una mezcla de 7 hierbas: Estragón francés, Tinospora india, Cola de Caballo, Tomillo (Thymus Vulgaris), Extracto de Ortiga, Oliva o Aceituna o el Disbiocide, una mezcla de tres hierbas:  Pulsatilla China, Catechu o Cato, Milenrama. También recurro mucho a la berberina,  aceite de óregano…

Cuando el paciente es positivo al metano, también usaremos berberina y alicina en dosis altas, herbáceos equivalentes a los antibióticos Neomicina y Rifamicin. La alicina estimula el sistema inmunitario y es antiséptico. Se ha demostrado su capacidad de matar algunos microorganismos (cándida álbicans, escherichia coli, estaphylococus aureus, hongos de la piel y uñas). La aliina es una sustancia presente especialmente en el ajo, pero también en el puerro y la cebolla,  que en contacto con el enzima alinasa se degrada y pasa a ser la alicina. El enzima alinasa (que se encuentra en la cubierta), y esto se consigue triturándolo, machacándolo o cortándolo.

Es entonces cuando olemos ese típico olor a ajo. Sin embargo, esta enzima puede quedar inactivada y perder toda su capacidad de acción cuando es cocinada. Diversos estudios han demostrado que la enzima se inactiva con tan solo un minuto de calentamiento en el microondas, con seis minutos de cocción o con treinta minutos en horno de convección. La única forma de conservar las maravillosas propiedades de este bulbo es comiéndolo crudo, o como también se ha demostrado,  picándolo y dejéndolo reposar durante 10 minutos antes de cocinarlo, conseguimos que se cree la alicina, a través de la acción de la enzima alinasa. 

También va muy bien atrantil, que es una mezcla patentada de plantas:  menta piperita, el árbol quebracho y Aesculus hippocastanum (castaño de Indias). Atrantil reduce en el intestino delgado las bacterias productoras de metano contribuyendo a restablecer la escasa y específica flora intestinal que debe habitar el intestino delgado.

Personalmente suelo recurrir más a los test de disbiosis intestinal o aún mas completo un  estudio metagenómico de la microbiota, que  son mucho más específicos y me dicen que bacteria está en exceso, cuál en defecto, además de resultados de hongos, parásitos o incluso virus; como “pero” les pongo que solo tenemos el resultado de lo que pasa en el colon y no en intestino delgado, e incluso a veces una porción de heces nos dice lo que pasa en un tramo del colon, no en todo, por lo que hay que trabajar mucho con el paciente también por sintomatología y sobre todo no olvidar el terreno, no nos centremos solo en los microorganismos, sino en ese hábitat en el que viven, hay que ayudar a reparar mucosas, con nutrición personalizada y nutraceúticos específicos para cada persona. 

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