Rosa López Monís

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Cannabis medicinal

Históricamente ha sido utilizada como medicamento, fuente de alimento y planta maestra en diversas tradiciones espirituales y culturales. También se ha usado como materia prima para la fabricación de productos  como textiles, papel y combustible, siendo considerado como uno de los cultivos más valiosos en la Antigüedad. Los primeros registros escritos sobre su uso medicinal se remontan al año 2.737 a. de C. dentro de la farmacopea de Shennong, uno de los padres de la medicina china.

Los cogollos, o flores de la planta femenina, son los que concentran la mayor cantidad de compuestos con utilidad medicinal. Los principales son los cannabinoides, los terpenoides y los flavonoides, producidos de manera natural por la planta.

Desde que en 1970 se descubrieran por primera vez los cannabinoides y su potencial terapéuticos, se han llevado a cabo miles de estudios científicos sobre el cannabis alrededor de todo el mundo.

Aunque miles de estudios han comprobado los beneficios terapéuticos del cannabis, el uso de cannabis medicinal sigue siendo un debate en todo el mundo. Por eso, en un momento en el que los estudios científicos sobre el cannabis están avanzando significativamente, es necesario poner fin a las opiniones políticas que están impidiendo el progreso de la investigación sobre los beneficios del cannabis con uso terapéutico.

Actualmente existen más de 10.000 estudios científicos sobre el cannabis. La planta de cannabis contiene cientos de componentes, algunos de los que aún se desconocen sus efectos. En este sentido, los investigadores que estudian el cannabis medicinal intentan averiguar cuáles son los componentes más importantes de la planta, incluyendo el THC y el CBD.

En nuestro país no está permitido el uso terapéutico del cannabis. No hay datos sobre cuántas personas utilizan de forma clandestina el cannabis o sus derivados para uso terapéutico en España. Un cálculo realizado desde el Observatorio Español de Cannabis Medicinal, entidad que engloba a investigadores, médicos y asociaciones de pacientes, estima que podrían ser entre 50.000 y 100.000 personas. La mayor parte son enfermos con patologías reumáticas, dolores, cáncer, esclerosis múltiple, fibromialgia...con el fin de mejorar su calidad de vida, disminuir su dolor. En abril de 2017 el Congreso acordó, con el apoyo de todos los grupos políticos, poner en marcha una subcomisión de estudio para abordar el asunto de la legalización del uso terapéutico del cannabis como han hecho países como Canadá, Países Bajos, Alemania, República Checa o algunos estados de Estados Unidos como Oregón o Colorado. Con este artículo no pretendo hacer apología del cannabis, ni incitaros a su consumo, únicamente ofrecer información para un uso responsable. 

El cannabis, “no es una panacea”, pero sí posee propiedades terapéuticas para el tratamiento sintomático de algunas enfermedades, como diversos cuadros de dolor crónico, trastornos motores asociados a la esclerosis múltiple, caquexia en cáncer o sida, vómitos y náuseas asociadas a quimioterapias oncológicas, convulsiones en epilepsias infantiles y desórdenes inflamatorios gastrointestinales.

LOS FITOCANNABINOIDES, son aquellos sintetizados naturalmente por la planta de cannabis. En la actualidad se han identificado cerca de cien. De ellos, los más comunes o relevantes son:

—Delta-9-tetrahidrocannabinol (Δ9-THC en su formulación química, conocido popularmente como THC). Es el principal componente estimulante de la planta. Actúa como euforizante, analgésico, antiemético y antiinflamatorio.

—Cannabidiol (CBD). Reduce el efecto psicoactivo del THC. Actúa como ansiolítico, antipsicótico, analgésico y antiespasmódico.

—Cannabinol (CBN). Se produce al oxidarse el THC. Actúa como sedante, anticonvulsivo, antibiótico y antiinflamatorio.

—Cannabicromeo (CBC). Se cree que actúa intensificando el efecto del THC. Actúa como antiinflamatorio, antimicótico y analgésico.

¿Qué es el sistema endocannabinoide?

Es un sistema complejo que involucra la producción de moléculas endocannabinoides, es decir, substancias químicas liberadas por el propio organismo de los mamíferos, las que activan sus receptores específicos en el cuerpo. De ellos, los más estudiados son el CB1 y CB2.

Este sistema modula diversas funciones fisiológicas de nuestro cuerpo, como la percepción del dolor, la inflamación de órganos y tejidos, la regulación del apetito, el control de diversas funciones metabólicas —como almacenamiento de energía, control del estrés y temperatura—, la regulación del sueño y un proceso de mediación en diferentes procesos a nivel neuronal, cardiovascular, digestivo, reproductivo e inmunológico.

Desde el colegio de farmaceúticos de Barcelona informan: En Holanda conocemos las dos variedades que se dispensan en las farmacias: Bedrocan y SIMM18. En España la composición en principios activos es desconocida, ya que se consigue la sustancia a partir de diferentes fuentes ilegales y sin control del producto. Lo que sí podemos evidenciar es que se desaconseja totalmente el consumo de la resina (en el argot: hachís, chocolate), porque tiene una mayor concentración en principios activos -mayor posibilidad de intoxicación- y también contiene productos que se mezclan con la sustancia y pueden ser muy tóxicos. La dosis depende mucho la persona y de la experiencia que haya tenido con el cannabis. Hay que empezar siempre con dosis pequeñas.

Es muy difícil establecer una buena pauta de dosificación, ya que estamos hablando de una sustancia con una gran variabilidad. Esta variedad en la dosis dependerá de la calidad y las características de la planta de la que se disponga. Lo mejor es aumentar la dosis poco a poco, esperando encontrar el efecto deseado. Es recomendable obtener siempre la sustancia de un mismo origen, ya que las posibilidades de que la cantidad de principios activos sean similares son más altas.

La Universidad del Norte de Michigan ha creado la primera carrera centrada en el cannabis, “Licenciatura en Marihuana”. 

El cannabis medicinal se puede utilizar de diferentes maneras: infusión, inhalación o ingestión.

La inhalación es la vía más rápida, porque los principios activos del cannabis van directamente a los pulmones y su absorción es más rápida. Se hace utilizando "vaporizadores", que son unos aparatos que calientan el cannabis y hacen que los principios activos se volatilicen y vayan a los pulmones una vez se han inhalado. La diferencia con la combustión (fumar) es que esta segunda opción es más nociva porque están presentes algunos agentes cancerígenos e irritantes para las vías respiratorias.

El efecto máximo en la inhalación se produce al cabo de 15 minutos, y la duración es de 2-3 horas.

En el caso de las infusiones, se debe añadir un poco de aceite, mantequilla o leche entera al agua, porque los cannabinoides son liposolubles (solubles en aceite) y no se solubilizan en agua. En este caso, los efectos se notarán a los 30-90 minutos, el efecto máximo se notará a las 2-3 horas y el efecto puede durar hasta 8 horas después de la administración.

Si se está tomando medicamentos, hay que conocer que se pueden dar posibles interacciones con fármacos como: Antidepresivos, Antiinflamatorios no esteroideos: La indometacina y el ácido acetilsalicílico reducen los efectos del THC, Barbitúricos, Benzodiazepinas, Beta-bloqueantes, Etanol (alcohol), Opiáceos Teofilina, Anticolinérgicos, Disulfiramo:…

Además de los beneficios terapeúticos se han constatado efectos secundarios, como casos con manifestaciones de intranquilidad e insomnio.

También puede llevar a una reacción psicótica, que se puede reconocer por las alucinaciones, especialmente es adolescentes varones. Otros efectos secundarios son: taquicardia, hipotensión ortostática (cuando se está de pie), dolor de cabeza, mareo, tener frío y calor al mismo tiempo en los pies y en las manos, ojos enrojecidos, músculos adormecidos, boca reseca...

Si se fuma, se irritan las vías respiratorias y a la larga pueden aparecer enfermedades como bronquitis, faringitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o cáncer de pulmón.

Como siempre mi recomendación es que consultes con un profesional de la salud, aunque se que en este tema es complicado, por la falta de apoyo que aún ahí, desde masquedietas,  queremos apoyar las investigaciones sobre esta planta y sus usos terapéuticos, para conseguir un control en la calidad, las dosis y estudios que respalden su uso de una forma segura, legal y responsable. 

Si otras drogas como el alcohol, que tiene muchísimos efectos secuandarios son legales, ¿por qué no el cannabis para uso medicinal?. 

Todo es veneno, nada es veneno, la diferencia está en la dosis.