Slow Food vs Fast Food
En contraposición a un movimiento muy actual y extendido, el «fast food», el cual nace tras la Segunda Guerra Mundial con la cadena Howard Jonhson’s, se acuña el término «slow food», que si bien no se refiere tanto al tiempo de cocinado, hace hincapié en el hecho de disfrutar tranquilamente de la comida y del servicio.
Fast food, se trata de locales y restaurantes que pretenden sacar partido a la recién creada red de carreteras, enfocados a transportistas, viajeros, y profesionales que viajan continuamente. El objetivo era ofrecer un rápido servicio para que el cliente pudiera continuar el viaje sin tener que hacer una parada larga.
Posteriormente se extendería como servicio rápido y económico al resto de la población, potenciales consumidores bien por falta de tiempo para comer o por reducidos recursos económicos
Más actual el Slow food, puede definirse como un movimiento en el que se pretende «disfrutar de la comida» y del servicio. Degustar tranquilamente y ofrecer a los sentidos un placer. Por ello, el servicio, los productos, el entorno… y todas las circunstancias que rodean al momento del consumo son importantes conceptos a tener en cuenta. Indudablemente, debido a la calidad que pretende ofrecerse, los precios también son más elevados.
Como dijo Santi Santamaría: «no es cocina para alimentar, sino para emocionar».
Slow Food surgió en Italia, en el año 1986 cuando se inauguró una filial de la cadena de comida McDonald?s junto a la gran escalinata de la Plaza España de Roma. Periodistas de los diarios locales organizaron una manifestación para protestar contra la comida rápida e industrial. Como réplica a la tendencia fast food decidieron que era necesario promover la lentitud en la comida, los productos naturales y locales y el deleite en el sentido del gusto, sin prisas.
Uno de sus objetivos es salvaguardar el patrimonio alimentario de la humanidad. En 2004, la FAO reconoció oficialmente a Slow Food como organización sin ánimo de lucro e instauró con ella una relación de colaboración.
El Slow Food o comida lenta está simbolizado por un caracol, que representa la lentitud con la que se debe comer, masticando bien los alimentos, y sin prisas, con una base similar a una dieta mediterránea pero con unas ligeras variaciones en cuanto a la forma de realizar las cocciones, además de unos con conceptos añadidos que mejoran la dieta.
Como dietista-nutricionista y divulgadora de alimentación y estilo de vida saludable, apoyo este movimiento, ya que considero que el buen comer no es una moda sino un estilo de vida, donde disfrutar tranquilamente de la comida forma parte del eje principal de este movimiento.