Rosa López Monís

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Uso indiscriminado de protectores gástricos y sus consecuencias

¿Es usted de aquellas personas que recurren a antiácidos o toma protectors gástricos todos los días?

Si es así debe saber que los medicamentos para la gastritis provocan alteraciones en la biodisponibilidad de nutrientes y no están exentos de efectos secundarios.

Los pacientes con úlceras gastroduodenales, gastritis, tumores digestivos y patologías similares requieren un pH elevado en el estómago como parte de su tratamiento. Las situaciones de gastroprotección para evitar la aparición de úlceras iatrogénicas cuando se utilizan medicamentos gastrolesivos es una indicación muy frecuente también.

Son tres los grupos de medicamentos utilizados para este fin:

  1. Antiulcerosos. Los más utilizados son los antihistamínicos H2 (ranitidina, famotidina) y sobre todo los inhibidores de la bomba de protones o IBP (omeprazol, lansoprazol). Estos medicamentos son muy eficaces para el tratamiento de la úlcera péptica, elevando notablemente el pH gástrico. En el caso de los IBP nos encontramos actualmente con una sobreutilización de estos medicamentos, sobre todo buscando el efecto gastroprotector en muchos casos en que no es necesario. El pH elevado que producen en el estómago provoca disminución en la biodisponibilidad de los nutrientes que precisan de un medio ácido para absorberse adecuadamente. Así interfieren en la liberación y posterior unión de la vitamin B12 al factor intrínseco, provocando anemias por aclorhidria. Disminuyen la absorción de minerales como hierro, calcio o magnesio y limitan la función digestiva del estómago en general. Los ancianos constituyen un grupo de especial riesgo, se suman en ellos el efecto del medicamento a la hipoclorhidria que se presenta en edades avanzadas de forma fisiológica. 

  2. Antiácidos (sales de aluminio, potasio y calcio). Son también ampliamente utilizados. Provocan aumento del pH gástrico por su acción tamponadora química. Estas sales de aluminio, magnesio o calcio son capaces de formar complejos insolubles con muchas sustancias, provocan innumerables problemas de interacciones medicamentomedicamento y también medicamento-alimento. Los más afectados son los metales divalentes como calcio, magnesio, zinc o hierro. Siempre que se utilicen se debe espaciar la ingesta dietética y la toma de otros medicamentos de estos compuestos antiácidos. Por otro lado, mencionar la relación entre el aluminio y enfermedades degenerativas como el Alzheimer (1). 

  3. Bicarbonato sódico como antiácido.En exceso puede provocar un efecto rebote debido a la rapidez de su acción y por otro lado la toma de este medicamento de forma indiscriminada eleva la ingesta de sodio de una manera muy importante. Por ello solemos recomendar la ingesta de sales alcalinizantes ricas en cuatro minerales: calcio, sodio, potasio y magnesio, contrarrestando así el efecto del exceso de sodio.

Con lo que una vez más os animo a trabajar en el origen de vuestras dolencias, ya que en muchas ocasiones, estos medicamentos consumidos a largo plazo, nos van desnutriendo poco a poco, y a la larga nos van enfermando, más que curándonos. Recuerda siempre que tu alimento sea tu medicina. Sí llevas esto a cabo, necesitarás muchos menos medicamentos. 💊🥦


Fuentes:

  1. M K. [Link between aluminum neurotoxicity and neurodegenerative disorders]. - PubMed - NCBI [Internet]. Ncbi.nlm.nih.gov. 2017 [citado 26 Marzo 2017]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27455809