Disbiosis intestinal, ¿Qué es?

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La disbiosis o la disbacteriosis,  es consecuencia de un desequilibrio microbiano de la microbiota que es considerada normal, debido a cambios cuantitativos o cualitativos en su composición, función, metabolismo, o debido a cambios en su distribución. 

La disbiosis es más común en el tracto digestivo o en la piel, pero también puede ocurrir en algunas superficies expuestas o en la mucosa como en la vagina, los pulmones, la nariz, los senos, las orejas, las uñas o los ojos.

El desequilibrio de la microbiota se relaciona con diversas enfermedades como la obesidad, la diabetes, las enfermedades inflamatorias intestinales (Crohn o Colitis ulcerosa),  así como con problemas de mala absorción intestinal dando lugar a estados carenciales de vitaminas, minerales y resto de micronutrientes.

Las causas son muy variables desde el estrés, el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), presencia de parásitos, virus u hongos, la intolerancia a azúcares, la fermentación con producción de hidrógeno o metano, exceso de proteína animal y la intoxicación por metales pesados. . .

Por ejemplo sabemos que la proteína no digerida es fermentada por las bacterias del colon con la consiguiente producción de tóxicos, como el amoníaco o aminas biógenas, como la histamina. El amoníaco modifica la morfología y el metabolismo de las células intestinales, reduciendo su vida útil y favoreciendo el crecimiento de células intestinales cancerosas, el exceso de aminas parece tener implicación en ciertos tipos de migrañas asociadas a la dieta.

Cuando el intestino se inflama, además dejamos de absorber nutrientes indispensables, como el magnesio, lo que puede llevar a sufrir espasmos musculares, o como el cobre, que puede incrementar el colesterol…

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Los cambios en la concentración de las bacterias intestinales pueden contribuir al desarrollo o empeoramiento de muchos trastornos o enfermedades crónicas y degenerativas, desde hinchazón abdominal y estreñimiento crónico, migrañas y otras enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o enfermedades mentales.

La disbiosis puede incluso tener complicaciones mortales, como en el caso de los bebés prematuros, que presentan la enterocolitis necrotizante que ocurre cuando las bacterias inflaman el intestino hasta provocar desgarres y posteriormente la muerte.

La disbiosis intestinal no sólo debilita nuestra salud, sino también acelerando nuestro envejecimiento e incluso está relacionada con enfermedades del sistema nervioso, no olvidéis que nuestro intestino es un segundo cerebro. Os dejo una conferencia sobre esto en este enlace.

La disbiosis es difícil de diagnosticar con estudios clínicos sencillos. Existe un gran estudio llamado MetaHIT en el cual se determinó que el ser humano debe tener en promedio 600.000 bacterias en el intestino, diagnosticándose como  atrofia intestinal los casos en los que se presenta un número menor.

Hoy en día es posible realizar un estudio sobre la microbiota intestinal, a través de la cuantificación de los ácidos grasos de cadena corta (SFCA) como por ejemplo el ácido butírico, la actividad de la beta glucuronidasa, la calprotectina, la elastasa, la IgA secretora, alfa-1-antitripsina, zonulina, etc… son indicadores que nos ayudan a valorar el proceso metabólico y la composición de nuestra microbiota intestinal.

Los análisis de ADN bacteriano han hecho posible la realización de una caracterización precisa de las especies bacterianas presentes a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, su concentración y la especificación de la relación sinérgica y numérica existente entre ellos.

Por tanto, es imprescindible cuidar nuestro estilo de vida, prestándole especial atención a nuestra alimentación y a la práctica regular del ejercicio, para tener un envejecimiento saludable y en caso de que presentes disbiosis intestinal tratarla con ayuda de un profesional, una dieta personalizada y algunos suplementos, como la curcumina fitosomada, la glutamina, pre y probióticos…

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