Enfermedades autoinmunes

Parte 2

 Papel de la dieta.

La energía y los nutrientes que obtenemos a través de una alimentación equilibrada ejercen un papel importante en el desarrollo y preservación del sistema inmune, por lo que cualquier desequilibrio nutricional en el individuo afecta a su competencia e integridad.

El abordaje nutricional de los trastornos inmunológicos es un proceso dinámico que debe tener como objetivo mantener un estado óptimo de nutrición, prevenir el deterioro durante los episodios agudos y mejorarlo durante los periodos estables libres de sintomatología.

Los pacientes autoinmunes, suelen estar medicados. El consumo crónico de medicamentos causa efectos secundarios que afectan a la alimentación. Por ejemplo, el metotrexato, uno de los fármacos más utilizados, produce llagas en la boca, náuseas y molestias abdominales, además de ser un antagonista del ácido fólico, por lo que habría que suplementar a estos pacientes medicados. Otra vitamina que suele estar en déficit en el paciente autoinmune es la D. Bajos niveles séricos de esta vitamina están relacionados con un empeoramiento de la enfermedad, lo que además de afectar al metabolismo óseo influyen sobre la respuesta inmunitaria, ya que regulan tanto la respuesta inmune innata como la adquirida.  

Un paciente autoinmune tiene necesidades energéticas aumentadas debido al proceso inflamatorio en fase aguda, además frecuentemente tienen un balance de nitrógeno negativo debido al proceso inflamatorio y al incremento del catabolismo proteico. Por tanto las necesidades proteicas en fase aguda y desnutrición deben oscilar entre 1,5-2 g/kg/día

Se cree que comer alimentos con alto contenido de grasa, azúcar y muy procesados está relacionado con inflamación, que podría desencadenar una respuesta inmunitaria. La dieta debe ser antiinflamatoria. Nutrientes como el omega 3 han demostrado ser eficaces para balar la inflamación en pacientes autoinmunes o antioxidantes como el selenio…

Por otro es bien conocida la influencia del gluten en algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis. Existe una mejoría clínica cuando un paciente autoinmune lo elimina y es más que evidente. Como ya hemos explicado muchas veces, una reducción de la permeabilidad intestinal, asociada a la reducción o eliminación del gluten, va a jugar un papel fundamental. 

Un paciente celiaco o simplemente sensible al trigo tiene muchas más probabilidades de desarrollar una enfermedad autoinmune, ya la celiaquía misma es una autoinmune, pero pueden aparecer otras.

En esta revisión de 78 estudios vemos  las posibles repercusiones de la ingesta de trigo en las enfermedades autoinmunes: “The Dietary Intake of Wheat and other Cereal Grains and Their Role in Inflammation”.

El trigo es uno de los cereales más consumidos en todo el mundo y constituye una parte sustancial de la dieta humana. Aunque las pautas dietéticas respaldadas por el gobierno en Europa y los EE. UU. aconsejan comer cantidades adecuadas de productos de cereales diariamente, los granos de cereales contienen "antinutrientes", como el gluten de trigo y la lectina de trigo, que en los humanos pueden provocar disfunción y enfermedad,

La eliminación del trigo de la dieta produce mejorías en la mayoría de enfermedades autoinmunes como la celiaquía, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide.  Por lo que parece bastante prudente, aconsejar a un paciente autoinmune que estudien si hay anticuerpos contra la gliadina, o se hagan pruebas para descartar celiaquía: alelos, endoscopia para ver vellosidades, test de heces…

En las pruebas genética no, pero en la mayoría, la persona que acude a la prueba debe estar introduciendo el gluten en la dieta sino quiere un falso negativo.

Respecto a los lácteos, lo que ocurre es que ciertos péptidos presentes en los lácteos son molecularmente homólogas al tejido articular humano. Por eso algunos profesionales, como yo proponemos además de eliminar el trigo eliminar al menos un tiempo también los lácteos en enfermedades autoinmunes debido al mimetismo molecular.

Hasta aquí la base, lo mínimo que yo le recomendaría a un autoinmune, pero existen otros alimentos que también pueden empeorar las enfermedades autoinmunes, en este caso si se podría matizar un poco y personalizar a cada paciente. Lo veremos en la parte 3 de estar serie de artículos. 

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