Rosa López Monís

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Intolerancia a la histamina y déficit de la DAO (diamino oxidasa)

Últimamente se diagnostica a muchos pacientes una intolerancia a la histamina, provocada por el déficit de una enzima de síntesis intestinal, la DAO.

Vamos a repasar en este artículo las posibles causas y consecuencias de este exceso de histamina.

La histamina es una molécula imprescindible para la vida que derivada de un aminoácido, la histidina formada por un anillo imidazólico y por un grupo etilamina.

La histamina tiene cuatro tipos de receptores específicos: H1, H2, H3, y H4, todos ellos acoplados a proteínas G.

Los receptores H1 y H2 están distribuidos tanto en órganos periféricos como en el sistema nervioso central; los H3 se encuentran mayoritariamente en el sistema nervioso central y receptores de H4 se han identificado en células de origen hematopoyético, no habiéndose encontrando estos últimos en el sistema nervioso central.


Es una amina que cumple múltiples funciones biológicas y que es sintetizada principalmente en células de la serie blanca, los mastocitos y los basófilos en tejido conectivo y mucosas, células similares a las enterocromafines en la región del píloro, y neuronas en el hipotálamo posterior.

En otros glóbulos blancos como los neutrófilos, macrófagos y linfocitos induce quimiotaxis, uniéndose a los receptores H1, lo que provoca una respuesta inflamatoria con calor, rubor, urticaria y edema, entre otros síntomas.

En algunas ocasiones esta respuesta es exagerada y se produce lo que se conoce como la hipersensibilidad de tipo I, conocida como alergia, en la que la histamina actúa en la respuesta inmediata.

La histamina presente en los basófilos y mastocitos forma gránulos citoplasmáticos junto con otras sustancias que se liberan cuando son activadas por inmunoglobulina E (IgE), factores del complemento, ciertos componentes de las bacterias, citoquinas inflamatorias o lisis de células producida por agentes patógenos, físicos o químicos.

Por tanto la histamina es una molécula que actúa en la respuesta inflamatoria, siendo sus células diana las células del músculo liso de bronquios y de intestino, produciendo broncoconstricción y aumento de los movimientos peristálticos, respectivamente.

La alergia de tipo I ocurre cuando cuando la IgE ya está unida al mastocito y basófilo y al entrar un agente extraño, aún en poca cantidad, es reconocido por esta IgE, desencadenando la degranulación y liberándose gran cantidad de histamina y otras sustancias. Esta es la reacción que se produce en pacientes con asma, rinitis o anafilaxia, en los que puede ocurrir una broncoconstricción, que provoque congestión, tos o dificultad para respirar o hipotensión debida a la vasodilatación e infiltrado de leucocitos y edema.

Los fármacos de elección ante estos síntomas son los antihistamínicos son sustancias que actúan sobre los receptores H1, actuando como agonistas inversos, mantienendo al receptor en estado inactivo.

Otras de sus células dianas son las células endoteliales de los vasos sanguíneos, en los que provoca vasodilatación, edema y aumento de permeabilidad con una llegada de mayor flujo de sangre a la zona.

La histamina producida por las células similares a las enterocromafines (ECL) de la región del píloro tiene un papel regulador en la producción de ácido gástrico actuando sobre la célula parietal la cuál presenta receptores H2 para la histamina.

La producción de histamina por las células enterocromafines está regulada por la gastrina producida por las células G del estómago.

Estas mismas células están relacionadas con la síntesis de serotonina, un neurotransmisor muy importante para el correcto desarrollo cerebral, también relacionado con la tolerancia al dolor, el placer y la felicidad.

La histamina producida por las neuronas del hipotálamo posterior funciona como un neurotransmisor excitatorio ya que estimula la liberación de otros neurotransmisores. Esto lo consigue a través de su receptor H1.  

Por otra parte, su receptor H3 actúa como un autorreceptor con efecto negativo. Así, la propia histamina inhibe a través de este receptor su propia liberación y la de otros neurotransmisores como acetilcolina, dopamina, serotonina y noradrenalina.

La histamina interviene en otras funciones en el cerebro, destacando la reducción del sueño y el aumento del estado de alerta, la estimulación de la liberación de varias hormonas (vasopresina, entre otras), la regulación de la ingesta de agua y comida, el aumento de la actividad motora y un efecto analgésico.

Bien, pues hoy en día se diagnostica cada vez más, una intolerancia a la histamina. El diagnóstico diferencial, debe hacerse tiendo en cuenta la exclusión de otras causas posibles, como la alergia alimentaria, las reacciones cruzadas, las reacciones no alérgicas como la malabsorción de fructosa, la intolerancia a la lactosa, la malabsorción de sorbitol o la enfermedad celíaca y la exclusión de otras enfermedades que amenazan la vida como el cáncer en los que también se puede producir un exceso de histamina. Algunas personas pueden incluso tener una enfermedad poco común, como la mastocitosis o el síndrome de activación de los mastocitos (MCAS).

Desde el año 2012, la Sociedad Alemana de Alergología e Inmunología Clínica (DGAKI), ya reconoce la intolerancia a la histamina como una enfermedad con entidad propia. Las causas no están del todo claras, sin embargo se piensa que la enzima encargada de destruir la histamina, la diamino oxidasa (DAO), tiene una reducida actividad, lo que ocasiona problemas al comer alimentos ricos en histaminas como el queso, alcohol, pescados, frutos secos, leche…

Se piensa que algunos alimentos pueden inhibir directamente la DAO, aunque hacen falta más estudios para confirmarlo. Otra de las causas que se han barajado e es que exista un déficit por una causa genética, pero esto es algo muy excepcional.

Las personas que presentan enfermedades inflamatorias intestinales como Crohn, colitis o incluso celiacos pueden presentar también la intolerancias, sin embargo la hipótesis que más se baraja es la que se asocia al consumo de medicamentos como el diazepam, metamizol, ciprofloxacino…

Hay estudios en los que se observa que las vitaminas C y B6, el zinc, calcio, cobre,  magnesio y manganeso pueden servir para estimular la DAO, pero faltan más datos concluyentes. El uso 2 gramos de vitamina C, una hora antes de la exposición a histamina, ha dado buenos resultados, según un estudio realizado entre Alemania y Austria en el que estas dosis redujeron los síntomas de mareo.

Desde mi punto de vista es importante tener en cuenta la disbiosis intestinal, el sobrecimiento bacteriano, el sobrecrecimiento fúngico y las infestaciones parasitarias, para buscar la etiología y tratar el problema desde el origen. En nuestra experiencia clínica hemos conseguido mejorías importantes, trabajando en la recuperación de un equilibrio intestinal, con nutrición y suplementos personalizados.


Bibliografía y fuentes consultadas

Passani MB, Giannoni P, Bucherelli C, Baldi E, Blandina P.
Histamine in the brain: Beyond sleep and memory. Biochem. Pharmacol 2007;73(8):1113-22.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17241615

Jarisch R1, Weyer D2, Ehlert E2, Koch CH3, Pinkowski E4, Jung P1, Kähler W2, Girgensohn R5, Kowalski J2, Weisser B6, Koch A2. Impact of oral vitamin C on histamine levels and seasickness.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25095772