Tipos de anemia. Parte I

Tipos de anemia

Paradójicamente en esta sociedad de consumo las enfermedades carenciales como la anemia son cada vez más comunes.

Para tratar una anemia lo más importante es descubrir qué tipo de anemia presentas, ya que existen muchos tipos. La anemia podemos definirla como un déficit de glóbulos rojos o un déficit de hemoglobina, proteína rica en hierro que le da a la sangre ese color rojo.

  • Para empezar y la más común es la anemia ferropénica, que es una anemia causada por un déficit de hierro. Este déficit puede venir de menstruaciones abundantes en el caso de mujeres, por una demandan aumentada como en el caso de mujeres embarazadas o en período de lactancia, por un déficit en la alimentación como en algunas dieta vegetariana mal planificadas o por un déficit de absorción, como en el caso de algunas enfermedades digestivas como por ejemplo la celiaquía, o por una cirugía gástrica o por consumo elevado de antiácidos ricos en calcio, que actúa como antagonista del hierro.

  • Otro de tipo de anemia es la anemia por déficit de vitamina B12, que igualmente puede tener varios orígenes, como la desnutrición, alcoholismo, anemia perniciosa que es una anemia en la que el cuerpo destruye las células del estómago que secretan el factor intrínseco, necesario para absorber esta vitamina procedente de la dieta, infestaciones parasitarias como la tenia de los peces u otras infecciones, problemas digestivos como Crohn, colitis, cirugías para bajar de peso, consumo de antiácidos por tiempo prolongado…

  • Anemia por déficit de folato y b12, conocida como anemia megalobástica, en la que se presentan unos glóbulos rojos de tamaño aumentado. El cuerpo no almacena folato en grandes cantidades por lo que necesitamos consumirlo en grandes cantidades, para lo que las hojas verdes son duda las reinas. Esta anemia se puede producir por el consumo de ciertos medicamentos como el metotrexato, la sulfasalacina, fenitoína [Dilantin], triamtereno, pirimetamina, trimetoprim con sulfametoxazol y barbitúricos), alcoholismo, consumir alimentos muy cocidos y pocos alimentos crudos…

  • Anemia por déficit de vitamina B6, necesaria para formar las proteínas, por tanto la hemoglobina también. Un consumo elevado de proteína consume mucha más vitamina B6, por lo que abusar de la proteína a pesar de aportar hierro también puede estar relacionado con la anemia.

  • Talasemia. Es un trastorno sanguíneo que se transmite de padres a hijos en el cual el cuerpo produce una forma anormal de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. Este trastorno ocasiona la destrucción de grandes cantidades de los glóbulos rojos, lo cual lleva a que se presente anemia. Esta anemia tiene varios tipos y subtipos, hablaremos de ellos con más profundidad próximamente.

  • Anemia debido a enfermedades crónicas, como el cáncer, linfoma, sida, hepatitis, artritis, colitis, Chrohn, enfermedad de Hodgkin, osteomielitis (infecciones en huesos), endocarditis bacteriana.

  • Anema depranocítica, una anemia hereditaria causada por un tipo anormal de hemoglobina llamada hemoglobina S, que cambia la forma de los glóbulos rojos. Los glóbulos rojos se tornan frágiles y en forma similar a media luna o a una hoz. Las células anormales llevan menos oxígeno a los tejidos corporales.

La anemia drepanocítica se hereda de ambos padres. Si usted hereda el gen de los drepanocitos de sólo 1 de los padres, tendrá el rasgo depranocítico. Las personas con este rasgo no tienen los síntomas de la anemia drepanocítica.

  • Anemia hemolítica, la cual se presenta cuando la médula ósea no está produciendo suficientes glóbulos rojos para reemplazar a los que se están destruyendo, en muchas ocasiones en circulación en lugar de en el bazo.

Hay muchas causas posibles de la anemia hemolítica. Los glóbulos rojos pueden ser destruidos debido a un problema autoinmunitario en el cual el sistema inmunitario equivocadamente ve a sus propios glóbulos rojos como sustancias extrañas y las destruye, anomalías genéticas dentro de los glóbulos (como la anemia falciforme, talasemia y deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa), exposición a ciertos químicos, fármacos y toxinas, infecciones, como por ejemplo una candidiasis donde la candida ataca a los fosfolípidos de las membrana celulares, coágulos de sangre en pequeños vasos sanguíneos, transfusiones de sangre de un donante con un tipo de sangre que no es compatible con el suyo.

Es importante remarcar que presentar una ferritina baja, con una hemoglobina en valores normales y un conteo de glóbulos rojos normal no es considerado anemia.

Como podéis observar hay muchos tipos de anemia y para tratarla correctamente además de suplementar hierro, en muchas ocasiones en necesario aportar vitaminas, especialmente el folato. Es increíble como mejoran muchos casos de anemia, simplemente añadiendo un folato al suplemento de hierro.

La suplementación arregla el problema momentáneamente, pero si el origen de la anemia es por ejemplo una candidiasis, para tratar el problema de raíz tenemos que tratar esa infección, a través de una dieta y suplementos antifúngicos. Podéis ver un especial de candidas en nuestro canal, pinchando en este enlace.

Si el problema de la anemia viene por un consumo de antiácidos, entonces no la arreglaremos nunca mientras sigamos tomando estos suplementos, en esos casos lo mejor es arreglar el problema de la acidez, buscando el origen, que tal vez sea infeccioso, por ejemplo una infección por Helicobacter pylori.

Hay un suplemento que hace mucho menos daño al sistema digestivo que el hierro y que me encanta, porque además de ayudar en casos de anemia, mejora las defensas, tiene un efecto antiinfeccioso y es capaz incluso de ayudar en casos como la enfermedad de Lyme: la lactoferrina, hablaremos de ello en otro artículo. También hablaremos de cuáles son los alimentos que más pueden ayudar en casos de anemia.

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