Vítiligo, causas y posibles tratamientos
El vitíligo es una enfermedad considerada dentro del grupo de las autoinmunes, en donde parece ser que el sistema inmunológico ataca a los melanocitos, células de la capa superior de la epidermis, que sintetizan la melanina, dando lugar a las antiestéticas manchas blancas.
Puede afectar también a las mucosas, tales como la boca o la nariz y a los ojos y suele comenzar en cara o extremidades. Son predominantes en los párpados y el rostro, la nuca, el tronco, las extremidades y las regiones genitales
La forma de las máculas suele ser redondeada u oval y su tamaño medio oscila entre uno y varios centímetros.
Afecta aproximadamente a un 1% de la población mundial, sin distinción de sexo, raza o edad. Países donde las carencias nutricionales son mayores presentan una mayor incidencia.
Puede presentarse a cualquier edad e ir progresando de forma lenta o incluso en algunos intervalos de tiempo quedarse estacionado.
El color más típico de las máculas es el blanco lechoso aunque pueden darse máculas tricrómicas que combinan tonalidades de piel blanca, bronceada y normal.
Podemos diferenciar entre vitíligo local, una única localización, el segmentario, que suele comenzar de manera rápida y tiene una evolución corta, para llegar a un fase estacionaria y el vitíligo generalizado, que puede evolucionar a universal cuando toda o casi toda la piel se encuentra afectada de forma irreversible.
Un alto porcentaje en torno al 20% de los afectados la enfermedad manifiestan la enfermedad tras quemaduras solares graves o situaciones de estrés y, en algunos casos, el vitíligo va acompañado de otras enfermedades autoinmunes, como la diabetes, enfermedad de Addison, problemas digestivos, anemia perniciosa, enfermedad tiroidea, psoriasis, determinados traumatismos…
Desconocemos la etiología de la enfermedad, aunque se han planteado múltiples teorías para explicarla. La de mayor peso es la teoría genética, ya que es muy común la aparición de la enfermedad dentro de miembros de la misma familia, hasta un 40% de las personas afectadas tiene algún familiar que presenta la enfermedad. Dentro de la teoría genética, el vitíligo se considera una enfermedad poligénica multifactorial, lo cual quiere decir que existen múltiples genes potencialmente implicados así como factores no genéticos responsables del desarrollo de la enfermedad. En los casos de instauración precoz se postula que podría existir una herencia de patrón autosómico dominante pero con penetrancia variable.
Entre los muchos genes implicados destacamos el antígeno leucocitario (HLA), la fosfatasa tirosinasa PTPN22 o el gen NACHT, todos ellos relacionados con la funcionalidad del sistema inmune. Sin embargo estos genes deben interactuar con factores ambientales para que se presente la enfermedad. Luego la epigenética es muy posible puede ayudar en la prevención o en el control futuro de esta enfermedad.
La importante carga genética implica que para la curación total necesitamos un mayor desarrollo de la terapia génica que el que existe actualmente. Dado que no podemos controlar esos genes, nuestros objetivos han de ser otros: inhibir la actividad de la enfermedad y estimular la repigmentación.
Otra teoría es la de un posible origen infeccioso, de origen bacteriano o incluso viral. O la teoría de la autodestrucción , que señala que los melanocitos se autodestruyen por la presencia de ciertas sustancias tóxicas de deberían eliminarse, formadas en los procesos metabólicos de biosíntesis de la melanina.
Existe también una teoría de origen neural, aplicada al vitíligo segmentario. Esta teoría defiende una posible interacción entre los melanocitos y células nerviosas que liberarían un mediador neuroquímico tóxico, que sería el causante de la destrucción de los melanocitos.
Otras teorías establecen que el vitíligo está originado por el aumento de la cantidad de adrenalina en la corriente sanguínea que produce una sobrecarga en el funcionamiento del bazo, hígado, riñón y páncreas, por el exceso de toxinas que no son capaces de eliminar. Se cree que dichas toxinas se acumuladas en el hígado y en todos aquellos órganos responsables de su eliminación, y esto lleva a que los melanocitos permanezcan indiferenciados en la capa basal como consecuencia de la falta de flujo sanguíneo, llevando a los melanocitos a perder sus funciones y permanecer íntegros en la zona basal como células indiferenciadas (es decir sin función de crear melanina que es la sustancia que da color a la piel) y sumado a esto la incapacidad que adquieren los queratinocitos de retener la poca melanina que produzcan los melanocitos.
Por último está la teoría psicosomática, que defienden que la piel es un órgano en el que se refleja nuestro inconsciente y problemas psíquicos.
En resumen se acepta que el vitíligo se produce por una combinación de factores genéticos, medioambientales e inmunológicos. La influencia de factores ambientales tampoco debe ser desestimada ya que muchos expertos creen que la disminución de la capa de ozono podría estar provocando una destrucción de nuestros melanocitos.
El diagnóstico se lleva a cabo por una exploración completa de la piel que incluye el cuero cabelludo, los dedos de los pies, las membranas mucosas, los párpados y la boca.
El vitíligo se confirma iluminando las manchas por la llamada luz de Wood, un tipo de luz ultravioleta filtrada. Si la persona está afectada en las áreas iluminadas aparece una fluorescencia blanca muy característica, la cual no se conoce todavía cuál es la sustancia que provoca dicha fluorescencia y los laboratorios están tratando de buscar respuesta a ello.
Actualmente la enfermedad carece de cura, sin embargo las terapias que hoy se siguen con mayor frecuencia son la aplicación de corticoides tópicos en forma de cremas y el uso de psoralenos combinados con luz ultravioleta (PUVA), lo que se conoce como fototerapia, la cual puede presentar algunos efectos secundarios, como la aparición de ampollas, la fotosensibilización, gastritis y toxicidad por el uso de psoralenos sintéticos. La capacidad de repigmentación de los corticoides ha sido probada y podría explicarse por su acción supresora de los linfocitos T, que favorece la mitosis y migración de las células pigmentarias, sin embargo los resultados son transitorios. No se debe superar los 6 meses de tratamiento ya que los corticoides presentan efectos algunos efectos secundarios, tales como la atrofia cutánea.
Existen psoralenos naturales, como el aceite esencial de lima.
Existen otras terapias como la kuvaterapia (administración oral de kellina), combinada con radiación UVA y tiene como principal atractivo su ausencia de fototoxicidad y como peor enemigo su toxicidad hepática, que puede aumentar las transaminasas en el 25% de sus usuarios. Para paliar estos problemas se utiliza en la actualidad una solución de kellina por vía tópica al 3% en gel o leche fluida, junto a exposiciones solares cortas de entre 15 y 30 minutos. Por su ausencia de fototoxicidad, el tratamiento puede aplicarse incluso, diariamente. Algunos dermatólogos la consideran la alternativa más adecuada para el vitíligo moderado, especialmente para el infantil. En España, gracias a la incidencia de la radiación solar, la terapia resulta además más sencilla y barata de seguir que en otros países.
Un extracto hidroalcohólico de placenta humana, conocido como melagenina y elaborado en Cuba, administrado por vía tópica y combinado con radiación infrarroja parece ser eficaz. Así lo sostienen sus creadores pero lo cierto es que el mecanismo de acción de la melagenina todavía no se conoce si bien podría deberse a la presencia de lipoproteínas estimulantes de la producción de melanina.
La administración de análogos de la vitamina D, bien de forma aislada o combinada con radiación ultravioleta o el uso de láser con efectos inmunomoduladores, pueden tener un efecto beneficioso en la repigmentación de la piel. Otra opción es la de pasar por el quirófano, para realizar un injerto de melanocitos de otras partes del cuerpo, como puede ser el glúteo. Algunos pacientes despigmentan el resto de la piel con una sustancia que destruye la melanina, la hidroquinona, pero este sustancia es tóxica o también se usa crioterapia.
La administración de fenilalanina tópica u oral puede alcanzar un 50% de buenos resultados. La fenilalanina es un aminoácido necesario para la síntesis de la melanina. Aunque el vitíligo se debe principalmente a la ausencia de melanocitos, que son las células responsables de sintetizar la melanina, sin embargo se obtienen en algunos casos resultados. Además no es fototóxica, por lo que puede utilizarse en niños y resulta beneficiosa en las despigmentaciones de la cara especialmente.
Por otra parte la nutrición juega un importante papel en la cura del vitíligo, por este motivo es importante conocer cuáles son aquellos nutrientes que el cuerpo precisa para combatir esta patología. Entre ellos la tirosina, el PABA, el ácido fólico, vitamina C, vitamina E o el cobre son nutrientes que parecen mejorar esta patología. Algunas plantas como el Ginkgo Biloba parecen también mejorar esta patología.
Se ha demostrado que el déficit de tirosina en el organismo puede generar una serie de trastornos entre los cuales se encuentran las alteraciones en la pigmentación de la piel, de modo que se trata de un aminoácido esencial para recuperar el color natural de la piel. Podemos encontrar este aminoácido en alimentos como el aguacate, sésamo, semillas de calabaza, almendras, tofu…
El Ácido Paraaminobenzoico o PABA suele ser sintetizado por nuestro organismo por una bacteria intestinal. Los alimentos que podrían favorecer esa producción son los cereales integrales, el yogur, las semillas de girasol… Algunas personas aseguran que sus manchas han mejorado con el consumo de PABA. Solo he encontrado 4 estudios del PABA en el vitíligo, con lo que en este caso es más ciencia empírica, basada en la observación.
El Ginkgo Biloba, es una planta con acción inmunomoduladora, antiinflamatoria y antioxidante y se ha mostrado eficaz en el tratamiento del vitíligo, recomendándose entre unos 40 ml y 120 ml del extracto por día. Otras hierbas como la pimienta negra frotada sobre la manchas han mostrado alguna eficacia en el repigmentación. Otras hierbas que se usan para el vitíligo son la calaguala, una hierba depurativa y sedante.
Los pacientes con vitíligo suelen presentar niveles anormalmente bajos de vitamina B12, B9, vitamina V, Zinc y cobre, por lo que estos suplementos pueden también ayudar a detener la enfermedad.
Los alimentos altos en vitamina A y beta-carotenos, también promueven la producción de melanina tales como las zanahorias. También aquellos alimentos que contienen vitamina E como como los aceites de semillas o frutos secos o el aceite de palma roja obtenido por presión en frío.
Externamente se puede aplicar aceite de coco, aloe vera, una crema a base de una planta llamada turre, de nombre comercial Turrederm, desarrollado por un grupo de investigadores peruanos, también parece ser eficaz en algunos casos.
Aún nos falta mucho para controlar el vitíligo, en cualquier caso el vitíligo debe ser tratado de un modo integral, abordando no solo las terapias sino también el estilo de vida, la alimentación, el ejercicio. Cuánto más sanos estemos mejor estarán nuestras defensas para ayudar al menos a que la enfermedad avance más despacio.