¿Puede una candidiasis ser la causa de mi anemia?

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Candida es el nombre abreviado que se usa para describir una clase de hongos que incluye más de 150 especies de levadura.

Personas sanas,  cohabitan con Candidas, ya que existe inofensivamente en las membranas mucosas de las orejas, los ojos, el tracto gastrointestinal, la boca, la nariz, los órganos reproductivos, los senos paranasales, la piel, las heces, la vagina, la piel… formando parte de una “flora beneficiosa” o una “microbiota sana”.

Cuando ocurre un desequilibrio en la microbiota, causa un crecimiento excesivo de Candida albicans. El término es Candidiasis o Tordo. Esta es una infección fúngica (micosis) de cualquiera de las especies de Candida, de las cuales Candida albicans es la más común. Cuando esto sucede, puede crear un estrago generalizado en nuestra salud general y en el bienestar de nuestro cuerpo, dando muchos síntomas, que en muchos médicos, no entiendo porqué, nunca son debidos a Candidas.

Es hora de repasar la literatura científica e incluir una infección de Candidas o un crecimiento excesivo de Candidas, como una posible causa de muchas patologías, entre las que hoy vamos a destacar la anemia.

La cándida es un hongo que se aisló por primera vez en 1844 a partir del esputo de un paciente con tuberculosis. Al igual que otros hongos, son organismos eucariotas no fotosintéticos con una pared celular que se encuentra externa a la membrana plasmática. Pueden metabolizar la glucosa en condiciones tanto aeróbicas como anaeróbicas. La temperatura influye en su crecimiento con temperaturas más altas, como 37 ° C, que están presentes en su huésped potencial, promoviendo el crecimiento de pseudohifas.

La función deteriorada de la glándula salival puede predisponer a la candidiasis oral. Las proteínas antimicrobianas en la saliva, como la lactoferrina, la sialoperoxidasa, la lisozima, los polipéptidos ricos en histidina y los anticuerpos específicos contra la candida, interactúan con la mucosa oral y evitan el crecimiento excesivo de cándida. Se ha demostrado que fármacos como los esteroides inhalados aumentan el riesgo de candidiasis oral al suprimir posiblemente la inmunidad celular y la fagocitosis. De hecho la inmunidad local de la mucosa vuelve a la normalidad al suspender los esteroides inhalados. Las dentaduras postizas predisponen a la infección con cándida en hasta el 65% de las personas mayores que usan dentaduras superiores completas. El uso de dentaduras produce un microambiente propicio para el crecimiento de candida con bajo oxígeno, bajo pH y un ambiente anaeróbico. Otros factores son cáncer oral / leucoplasia y una dieta alta en carbohidratos. El crecimiento de candida en la saliva se ve reforzado por la presencia de glucosa y su adherencia a las células epiteliales orales se ve reforzada por una dieta alta en carbohidratos (7).

Existen otros factores que predisponen a la infección debido a la reducción de la inmunidad. Las drogas como los antibióticos de amplio espectro alteran la microbiota oral local creando un ambiente adecuado para que la cándida prolifere. En varios estudios, se ha demostrado que los fármacos inmunosupresores, como los agentes antineoplásicos, predisponen a la candidiasis oral al alterar la flora oral, alterando la superficie de la mucosa y alterando el carácter de la saliva. Otros factores son el tabaquismo, la diabetes, el síndrome de Cushing, las condiciones inmunosupresoras, como la infección por VIH, las enfermedades malignas como la leucemia y las deficiencias nutricionales, las deficiencias de vitamina B han estado particularmente implicadas en la infección.

Es importante comprender que el tubo digestivo comienza en la boca y termina en el ano y que una candidiaisis puede comenzar en la boca, en el duodeno y en cualquier mucosa del tubo digestivo. Es comprensible que se diagnostiquen más Candidias orales, debido a que es fácil el acceso a este órgano, pero la candididiasis intestinal existe y está relacionado con problemas como mala absorción o incluso obstrucción intestinal. En un estudio realizado en 2017, se comprobó como las Candidas podían ser patógenas y persistir en el intestino de ratones (8).

El hongo Candida albicans es un habitante común del tracto digestivo y otras superficies mucosas de los humanos y varios animales de sangre caliente. En ocasiones, este microorganismo causa enfermedad de la mucosa fastidiosa (por ejemplo, aftas orales) o infecciones sistémicas potencialmente mortales. Tales infecciones diseminadas típicamente se originan en el intestino de los pacientes (9), (adjunto referencia porque se que muchos sanitarios lo niegan) y un sistema inmune debilitado es el principal factor de riesgo asociado con la enfermedad grave (10). Un número creciente de infecciones por C. albicans también se debe a la contaminación de dispositivos médicos implantados, como los catéteres (11-12). Aunque ampliamente estudiado, la mayoría de las investigaciones sobre C. albicans se han centrado en los rasgos que se cree que contribuyen directamente a la patogénesis. Por lo tanto, la biología del hongo en el intestino de los mamíferos, su hábitat más común, permanece aún subexplorado. Pero una cosa es que no lo conozcamos bien y otra cosa muy distinta en negar la evidencia. ¿Por qué al tratar a pacientes con Candidas y con anemia se resuelven estas anemias en un gran porcentaje de los casos?, ¿es qué no es esto evidencia clínica?

Una variedad de factores nutricionales que incluyen deficiencias de hierro, ácido fólico, vitamina B12 y dietas ricas en carbohidratos han sido implicados en la patogénesis de una candidiasis, especialmente en aquellos que no tienen otras causas obvias (1, 2, 3, 4, 5). Esto está demostrado y para el que no lo crea, que eche un vistazo a las referencias que aquí les comparto .

En condiciones saludables, con niveles correctos de hierro, las bacterias benéficas trabajan con eficacia. Pero también puede hacerlo la Candida, aunque esta necesita el hierro en forma libre, lo que le ayuda a invadir las células del cuerpo, sin embargo se ha demostrado que es capaz de tomar el hierro de otros sitios, como la hemoglobina o la ferritina. Así pues, si sufres de deficiencia de hierro y tienes candidiasis entonces los dos podrían estar vinculados.

El hierro es un elemento esencial para el crecimiento y la virulencia de la mayoría de los microorganismos. Dentro de los mecanismos de inmunidad innata (o nutricional) los mamíferos han desarrollado diversas estrategias para su transporte y almacenamiento, limitando así la disponibilidad de hierro libre en el medio. Para poder sobrevivir en este entorno hostil los hongos potencialmente patógenos disponen de mecanismos específicos para la captación del hierro, entre los que destaca la síntesis de sideróforos, moléculas solubles de bajo peso molecular con elevada capacidad de quelación.

La sobrecarga férrica y el consiguiente aumento de la concentración de hierro libre son factores de riesgo para el desarrollo de infección fúngica invasiva (IFI) por Mucorales, como Candidas y Aspergillus. Por tanto, la reducción del hierro libre circulante mediante el uso de quelantes constituye un abordaje terapéutico atractivo. Nosotros usamos la lactoferrina, y con paciencia y una dieta correcta se consiguen muy buenos resultados. La lactoferrina que se une al hierro, evitando de este modo que la Candida crezca y ayudando a mantener un sistema inmunológico sano. Sin embargo, las personas con anemia tienen bajos niveles de lactoferrina. Y debido a que tienen bajo nivel de hierro, sus bacterias beneficiosas son menos eficaces también. Así se rompe el equilibrio, permitiendo todavía más que la Cándida crezca y se propague.

Son múltiples los estudios que han analizado los sistemas de captación de hierro implicados en infecciones orales, como las producidas por Candidas o Cryptococcus. Por desgracia, estos hongos parecen disponer de mecanismos redundantes e independientes para obtener este elemento del medio, circunstancia que limita su aprovechamiento terapéutico. En el curso de la infección y en medios deplecionados de hierro, Candida puede recurrir a diferentes mecanismos de captación en función de las fuentes disponibles. Así, se han caracterizado sistemas reductasa-permeasa capaces de obtener incluso el hierro ligado a la transferrina (codificados en el gen FTR1), receptores para sideróforos de la familia de los ferricromos (CaFtr1p)41 y receptores de alta afinidad para grupos hemo y hemoglobina.  Más información en este artículo, muy interesante por cierto.

Por tanto demostramos la afinidad de la Candidas por el hierro y con ello su posible implicación en la cada vez más común anemia.

 
 

Fuentes y bibliografía

  1. Fletcher, J., Mather, J., Lewis, M., and Whiting, G. Mouth lesions in iron-deficient anemia: relationship to Candida albicans in saliva and to impairment of lymphocyte transformation. J Infec Dis. 1975; 131: 44–48

  2. Sarmaranayake, L.P. Nutritional factors and oral candidosis. J Oral Pathol. 1986; 15: 61–65

  3. Murphy, N.C. and Bissada, N.F. Iron deficiency: an overlooked predisposing factor in angular cheilitis. J Am Dent Assoc. 1979; 99: 640–641

  4. Holmstrup, P. and Axell, T. Classification and clinical manifestations of oral yeast infections. Acta Odontol Scand. 1990; 48: 57–59

  5. Higgs, J.M. and Wells, R.S. Chronic muco-cutaneous candidiasis: new approaches to treatment. Br J Dermatol. 1973; 89: 179–190

  6. Tyldesley, W.R. Stomatitis and recurrent oral ulcerations: is a full blood screen necessary?. Br J Oral Surg. 1983; 21: 27–30

  7. Akpan A, Morgan R. Oral candidiasis. Postgrad Med J. 2002;78:455–9. [PMC free article] [PubMed]

  8. Böhm L, Torsin S, Tint S, Eckstein M, Ludwig T, Pérez J. The yeast form of the fungus Candida albicans promotes persistence in the gut of gnotobiotic mice. 2018.

  9. Odds FC (1987) Candida infections: an overview. Crit Rev Microbiol 15: 1–5. [PubMed]

  10. Spellberg B, Marr KA, Filler SG (2012) Candida: What should clinicians and scientists be talking about? In: Calderone RA, Clancy CJ, editors. Candida and Candidiasis, 2nd Edition Washington, DC: ASM Press; pp. 1–8.

  11. Nett JE, Brooks EG, Cabezas-Olcoz J, Sanchez H, Zarnowski R, et al. (2014) Rat indwelling urinary catheter model of Candida albicans biofilm infection. Infect Immun 82: 4931–4940. doi: 10.1128/IAI.02284-14 [PMC free article] [PubMed]

  12. Desai JV, Mitchell AP, Andes DR (2014) Fungal biofilms, drug resistance, and recurrent infection. Cold Spring Harb Perspect Med 4: a019729 doi: 10.1101/cshperspect.a019729 [PMC free article] [PubMed]


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