Detox natural del cuerpo: ¿mito comercial o realidad fisiológica?
En redes sociales, anuncios y tiendas naturistas, el término “detox” aparece con frecuencia. Jugos verdes, dietas líquidas, infusiones milagrosas y suplementos prometen “desintoxicar tu organismo” en pocos días. Pero, ¿realmente necesitamos hacer detox? ¿Es esto una estrategia de marketing o tiene algún fundamento fisiológico?
Hoy desmontamos mitos y explicamos qué es realmente la desintoxicación corporal, qué papel juega la alimentación, y cuándo sí puede tener sentido apoyar nuestros órganos de eliminación.
¿Qué es una “toxina” en términos reales?
En biología, las toxinas son sustancias potencialmente dañinas que pueden provenir de:
Procesos internos (toxinas endógenas): radicales libres, amoníaco, metabolitos de hormonas, residuos del metabolismo celular.
Factores externos (toxinas exógenas): pesticidas, metales pesados, aditivos alimentarios, fármacos, alcohol, humo, contaminantes ambientales.
El cuerpo tiene mecanismos específicos para neutralizar, transformar y eliminar estas sustancias. Esto es lo que llamamos procesos de detoxificación.
¿Es necesario hacer “detox”? La realidad fisiológica
Enrealidad tu cuerpo ya hace detox constantemente. De hecho, está programado para ello. Los principales órganos encargados son:
Hígado: el gran protagonista. Filtra la sangre, metaboliza sustancias tóxicas y las convierte en compuestos solubles para su eliminación.
Riñones: eliminan toxinas hidrosolubles a través de la orina.
Intestino: elimina compuestos a través de las heces. Una microbiota saludable es clave para evitar reabsorción de toxinas (enterohepática).
Pulmones: eliminan gases volátiles como el CO₂.
Piel: contribuye a la excreción mediante el sudor (aunque en menor grado).
Entonces, ¿por qué se habla tanto de detox?
Porque la exposición a tóxicos ha aumentado (pesticidas, disruptores endocrinos, metales pesados) y, a veces, nuestros sistemas de eliminación pueden verse sobrecargados por factores como:
Dietas inflamatorias.
Estreñimiento crónico.
Pobre función hepática o renal.
Falta de sueño, sedentarismo, estrés crónico.
En estos casos, apoyar los procesos de detoxificación fisiológica tiene sentido, pero no con soluciones exprés ni restrictivas, sino con soluciones a largo plazo basadas en una buena alimentación, ejercicio y una suplementación pautada.
Detox comercial: ¿funciona?
Las llamadas “dietas detox” basadas solo en jugos, ayunos extremos o suplementos depurativos sin criterio no solo son innecesarias, sino que pueden ser peligrosas si se prolongan o no están supervisadas. Se pueden hacer, y el cuerpo lo puede agradecer, pero no funcionará si lo basas solo en una semana de jugos, ayunos.... para luego volver a comer mal. La verdadero detox se basa en cambios de hábitos permanentes.
Una detox no planificada y supervisada, pueden causar:
Déficits nutricionales.
Hipoglucemia.
Efecto rebote.
Reducción del metabolismo basal.
¿Cómo apoyar la detoxificación natural del cuerpo?
La clave está en nutrir los sistemas de detoxificación, no en forzarlos. Aquí te presento estrategias reales basadas en biología y nutrición funcional:
1. Apoya tu hígado (Fase I y II)
Alimentos ricos en azufre: brócoli, cebolla, ajo, coles, huevos.
Fitoquímicos activadores de Nrf2: cúrcuma, té verde, romero, cardo mariano.
Antioxidantes: vitamina C (cítricos), E (semillas), glutatión (espárragos, aguacate).
2. Asegura buena salud intestinal
Fibra soluble e insoluble para arrastrar toxinas por vía fecal.
Probióticos naturales: kéfir, chucrut, miso.
Evita el estreñimiento: sin tránsito, no hay detox.
3. Hidrátate adecuadamente
Agua suficiente (mínimo 1,5–2 litros al día).
Infusiones suaves como ortiga, diente de león, jengibre o hinojo.
Jugos verdes, ricos en clorofila.
4. Duerme bien y mueve el cuerpo
La glía del cerebro realiza un “lavado nocturno” (sistema glinfático).
El ejercicio estimula la sudoración y mejora la circulación linfática.
5. Evita la sobrecarga tóxica
Reduce ultraprocesados, alcohol, tabaco, plásticos y cosmética convencional.
Prefiere alimentos ecológicos o de bajo residuo pesticida.
¿Cuándo conviene una intervención detox más profunda?
En algunos casos, bajo supervisión profesional, puede ser útil un protocolo depurativo personalizado, por ejemplo en:
Disbiosis severas con toxinas bacterianas (como el SIBO).
Sobrecarga hepática por medicamentos o alcohol.
Exposición a metales pesados.
Síntomas como fatiga crónica, niebla mental, dermatitis persistente o sensibilidad química.
Aquí podrían incorporarse suplementos como:
Precursores de glutatión.
Ácido alfa lipoico.
Extracto de cardo mariano.
Zeolitas, carbón activado (en casos puntuales).
Protocolos específicos con micoterapia (Reishi, Hericium, Polyporus).
En resumen
La detoxificación sí existe, pero es un proceso natural y continuo que el cuerpo realiza mediante órganos especializados.
No necesitas dietas restrictivas ni productos milagrosos, sino nutrir y apoyar tus vías fisiológicas de eliminación.
Comer bien, descansar, moverte y evitar sobrecargas tóxicas es la verdadera forma de “hacer detox”.
En casos concretos, un plan personalizado puede ser útil, pero siempre con acompañamiento profesional.
Ponte en contanto conmigo si quieres potenciar la detoxifiación natural de tus filtros. Idearemos un plan personalizado y supervisado.